“Érase una
vez…”
Dos
expresiones que nos impregnan a todos, desde nuestra más tierna infancia. Dos
expresiones que nos rememoran nuestra edad lúdica por excelencia. Nuestros años
más tiernos, pero donde la sociedad comienza a echar sus garras para moldearnos
en la caja social.
Estos
cuentos tradicionales, conservadores y estructurados –y no me refiero a la
estructura narrativa: introducción, nudo, desenlace- forma parte de nuestro
inconsciente colectivo.
Si bien de
niños no pudimos escapar de las garras del lobo feroz de Caperucita, del
encantamiento de la Bella Durmiente, de la maldad de la madrastra de la
Cenicienta, de la perfección de los príncipes, hoy en día tenemos que lidiar
con los arquetipos y prototipos heredados, más visualmente por las películas de
Walt Disney. Acá vale una reflexión: a nuestra más tierna edad todavía no nos dedicábamos
a la lectura y todo entraba por los ojos.
¿Hombres y
mujeres, cuánto de estos cuentos nos han predeterminado nuestras conductas
amorosas?
En nuestros
cuentos infantiles, la mujer está a la espera de un hombre que la saque de su
estado de infelicidad, que la despierte, la resucite de la larga agonía de sus
días, oscuros y confusos por la ausencia de él.
El papel de la mujer se resume en la pasividad misma, con alto déficit
de decisiones y elecciones.
Cenicienta,
Bella Durmiente, Blancanieves, mujeres inactivas, sumisas, acalladas y
ocultadas. O sea, para nada protagonistas de su propia vida.
El otro
caso es el de la Bella Durmiente o Blacanieves, que están en estado vegetativo,
producto de un hechizo, hasta que llega el hombre y con un solo beso les hace
recobrar la vida.
Así es como
estas mujeres dejan todo por ese príncipe, como si fuera la garantía de
felicidad eterna y los hombres.
Y estos
cuentos también les obligan a los hombres a cargar una mochila de importantes
requisitos, como la posición social, el poder adquisitivo, la seguridad, la
gentileza y la estabilidad socio-emocional. Esta mochila se resume en ser perfectos.
Desde niños, también los hombres cargan
con imaginería de exigencias.
¿Y el amor
a todo esto? Y es un punto esencial también, en mi análisis
socio-cultu-revolucionario. En estos cuentos no existe el tiempo para
conocerse, ni descubrir qué le gusta al otro. Predomina el “yo lo veo y sé”. El
amor mágico, que se da por magia.
Pero en la
vida real el cuento es otro. Nuestra realidad es distinta. En nosotros sí
juegan las elecciones y las decisiones. Los cuentos no enfrentan la definición
real de la vida, porque no nos igual a hombres y mujeres, como sujetos capaces
de hacerse cargo de sí mismo y luchar por su felicidad.
Los cuentos
nos muestran a la protagonistas femenina dejarlo todo, hasta su vida, por ese
príncipe, como si fuera la garantía de felicidad eterna. Y el protagonista
masculino, el príncipe tiene que mostrarse sí o sí como sostén, contenedor,
dador de vida, persona cien por cien segura de carácter viril.
Y de acá ya
el clásico que una mujer busca a su príncipe y el hombre a su amada eterna.
Esto no tiene nada que ver con mi revolución por el amor revolucionario, donde
todos, desde condiciones iguales, buscamos, luchamos por disfrutar de una
historia de amor revolucionario, rebelde no sólo de los cuentos, sino de
nuestra propia época también.
Aunque no
los veamos, los cuentos infantiles siempre están.
Hasta todos los momentos.
Estimada Renata, que decirte, recién lei tu nota y no tengo todavía una opinión formada al respecto ya que mis tiempos de procesamiento de la información no son los mismos que el común de las personas, pero lo que sí te puedo decir es que estoy bastante de acuerdo con vos aunque para mi el amor sí es magia, es eso que ocurre sin darnos cuenta y pasa a ser el centro de nuestra vida y no tiene una explicación lógica, ilógica o razonable y menos que menos analizable.
ResponderEliminarEs como digo siempre yo: UNA SERENDIPIA (esa palabra que me gusta tanto!).
Hasta todos los momentos !!!
PD: Igualmente, más allá de tus críticas a los cuentos de hadas, a mi me encantan y los escucho todas las noches en el iPod antes de dormir. Pero para desmitificar esos cuentos, de a poco voy a ir educando a mi querida Umita para que esté preparada y sepa que el príncipe azul no existe !!!
Camarada Brendita:
ResponderEliminarNo hay problema con su procesamiento de información distinto al mío. El amor tiene algo de magia, pero está vinculado con muchas cuestiones de nuestras vida, pero eso no quiere decir que nos sorprenda, desestructure y nos ponga patas para arriba. Es una cuestión de actitud también. Prometo que investigaré un poco más acerca de la serendipia.
Me parece bien que Umita ya empiece a ser preparada, tiene que ser revolucionaria desde chica.
Hasta todos los momentos.
Comunicado Nº 0-800-10-TOMA-PAN-ÍFICA-DISNEY-TERA de la UPPA.
ResponderEliminarExcelentíssima, querídisima y renatíssima Sra. Renata e in-faltables camaradas revolucionarios:
La Comisión de Géneros Múltiples y Respetos Mutuos (la CoGMRM) realizó, recientemente, un análisis socio-cultu-revolucionario de las representaciones de género y del amor burgués que nos liman la cabeza desde temprana edad.
Como usted bien lo grafica, Sra. Renata, los cuentos tradicionales te cuadriculan la mente, inteligencia, pensamiento, psiquis, cerebro, ceso, es decir, el marulo. Imponiendo, no sólo imágenes este-tipitas o este-tipitos acerca de nosotros mismos, sino condiciones re-contra-tipiti-cadas acerca de lo que es el amor burgués.
Los "Había una vez", o es su defecto, los "Érase una vez" traen serias con-secuencias, con-secuencias que de niños son insospechadas por nosotros, con-secuencias, secuencias: jugar a la cocinita, vivir en la cocinita, morir en la cocinita; y ser competitivo en el colegio, ser competitivo en el trabajo, llegar primero al infarto, para mujeres y varones respectivamente, con algunas excepciones a la regla.
¡Sí Sra. Renata! ¡Sí Sra. Renata! Walt Disney es, Don Freezer lo tenga duro y no lo largue nunca, un anti-revolucionario del AMor REvolucionario. Fue el responsable de tomar los cuentos populares y difundirlos a la masa, (de)formando los cerebros de niños y adultos en masa, una masa de representaciones tipiti-cadas del amor burgués.
¿Quién no ha esperado al príncipe azul? ¿Quién no ha esperado a su bella durmiente? ¿Eh? ¿Quién? ¿Quién? "¿Qui-eeennn, se ha tomado todo el vinooo? Oh, oh... Oh, oh... ¿Qui-eeennn, se ha tomado todo el vinooo?" Como diría, el gran-poeta-canta-autor-cuartetero-amor-revolucionario, el Sr. "La mona" Gimenez. Frase de la cual se puede extraer la conclusión de que, los cuentos de hadas, príncipes y princesas, te sumen en una obnubilación de la conciencia que es como estar em-pedo o peor.
Con lo cual, uno, desde niñito va incorporando que la princesita se queda en el castillito, esperando al principito (lavando, planchando, cocinando), y que el principito tiene que atravesar muchas peripecias (compitiendo, trabajando, estudiando), fuera del castillito, para llegar hasta el castillito y ganar su amor. ¿No les resuena?
Aún, hoy día ¿NO VEMOS ESTAS IMÁGENES EN EL CINE, LA TV, LAS PUBLICIDADES, LOS JUEGUITOS, Y DEMASES (DE)FORMADORES MASIVOS DE MARULEAR?
Sos la princesa del hogar y un embrujo ha caído sobre tú castillo, el moho y el verdín se apoderan de él. Pero, cae en tus manos una poción mágica, blanca y con olor a limón, que con sólo pasar con un trapito vuelve a dejar tú castillo blanco y perfumado. Y a vos, princesita, te deja las manos suaves, te plancha el pelo, te hace más joven y te sube las tetas.
ResponderEliminarSos el principito de un reino lejano y una maldición ha caído sobre vos, sos preso de la suciedad y el mal olor. Pero no desesperéis, pues cae en tus manos una posición mágica, con atomizador y olor a hacha en inglés, que con sólo rociártela, vas a lograr oler mejor. Además de, enrularte el cabello, hacerte crecer la barba como de dos días, marcarte los abdominales y hacer que te sigan pares de minas a todas partes.
¿Se la creyeron?
¡Hay gente que sí!
¿Y de dónde sale eso?
De los este-tipitos y este-tipitas que (de)formaron nuestros maleables y tempranos marulitos, y nos hicieron creer que el amor(burgués) es el encuentro entre dos seres (solo dos)(obvia-mente del sexo opuesto) de esa estirpe y calaña.
¡Y sí no entrás... matate!
¿Y quién tiene la culpa de diseminar estas imágenes?
¡Los cuentos tradicionales!
¿Y quién tiene la culpa de la difusión masiva de los cuentos tradicionales?
¡Walt Disney!
Es por ello, y por muchas cosas más, que la Comisión Revolucionaria Extrema y del Recontra Espionaje (la CRERE) quiere declarar al ice-box-Walt-Disney como persona no grata para la UPPA, por promover representaciones de género, no lino, contra-revolucionarias del AMor-REvolucionario.
ResponderEliminarY hace extensiva la invitación a nuestros miembros-socios, ad-herentes, avecinados y arrimado, sí a usted le parece correcto Sra. Renata, a una TOMA-PAN-ÍFICA de los Sectores Walt-Disney-teros de nuestra capital porteña.
Por eso, queremos hacer nuestra primer convocatoria, para este sábado a las 14:00 hs., en la puerta del Cine Los Ángeles, con un pan: flautita, miñoncito, baggette o lo que tenga de pan, duro, para utilizarlo como objeto con-TUN-dente en nuestra TOMA-PAN-ÍFICA.
La idea, sí usted no se opone Sra. Renata, es impedir la entrada de las familias a ese famoso cine de la calle corrientes, para evitar la (de)formación de los marulitos de los niños en los cánones que esta cultura occidental, post-moderna y capitalista lo exige. Y que tan mal le hace a la Revolución por el AMor-REvolucionario.
Y, de recibir una negativa por parte de las familias y/o los niños, quisiéramos poderles hacer TUN en la cabeza, con el pan como objeto con-TUN-dente, para que nuestra (de)formación ipso facto tenga menores consecuencias que las este-tipiti-cadas. Además, queremos replicar esta experiencia en distintos sectores, en los cuales se proyecten film animados de “ICE-BOX-PERSONA-NO-GRATA”.
Sin más, saludamos muy atte. a usted, esperando se encuentre orgullosa de nuestro accionar sistemático, o sea, constante y sonante, La UPPA, toda entera, Ala Internacional, La Seccional Argentina, La Regional Sur-Sur y sus delegad@s, La Regional Bs. As. y su representante manual, mental y dental, La Presi, o sea, yo.
¡UPPA! ¡UPPA! ¡UPPA! ¡La lúppa, continúppa!
ADVERTENCIA: CUALQUIER SIMILITUD CON LA REALIDAD, NO ES PURA COINCIDENCIA. DISCULPE LAS MOLESTIAS OCASIONADAS. DESDE YA, MUCHAS GRACIAS. POR HOY, HE DICHO.-