Mi cabeza, Felipe y yo

Esta mañana, a primera hora, Felipe se dedicó exclusivamente a mí. No somos de frecuentarnos regularmente, pero cada 4 o 6 meses tenemos de esos encuentros reparadores y espirituosos.

Con Felipe tenemos la relación bien en claro. No nos podemos ver seguidos. Pero, cada uno sabe el lugar que ocupa en su vida. Y así, desde hace más de 6 años, nuestra relación prospera.

Y esta mañana le tocó a Felipe. Ahí estaba yo, lista para entregarme a las manos de Felipe.

Felipe es uno de los pocos hombres que sabe adorarme la píldora, como vulgarmente se dice. Le pido algo en especial y él cuenta con esa destreza increíble de hacerme cambiar de parecer o de no enojarme si él hace lo que se le da la gana.

Sea como sea, después de encontrarme con Felipe siempre me siento renovada. Es un hecho irrefutable.

Siempre me entregué abiertamente a Felipe, nunca tuve un reparo para con él y él se porta como los dioses. Felipe sabe qué quiere mi cabeza y se dedica exclusivamente a meter mano hasta que yo quede satisfecha.

Y así fue como esta mañana Felipe ya me dejó bien guapa, con mi corte de cabello desestructurado y mis mechitas revolucionarias.

Mi look se merece una salida revolucionaria, esta noche... ¿No te parece?

Hasta todos los momentos.