
Cuando salí de ver "Cuando Harry conoció a Sally" la única sensación que tuve la de querer tener un Harry en mi vida. Es inevitable no tener esa sensación. Mientras salíamos del teatro escuchaba a una chica, a una mujer más grande, a una amiga concluir al unísono que querían tener un Harry en su vida. Y, por otra parte, veías a las otras, las casadas, comprometidas o de novias salir de la mano con su Harry. Y así es... ¿No? Algunas ya encontraron a su amor revolucionario. Y otras, como yo, seguimos luchando por vivirlo.

El otro recuerdo de esta película data cuando cursaba el Seminario "Historia del cine". Y mi profesor, fanático de la guionista -Nora Eprhon- me hizo analizar la línea secuencial con sus otras dos películas: Sintonía de Amor y Tienes un e-mail.
Y, ahora una experiencia más, la versión en teatro.
Hasta todos los momentos.
Muy linda comedia romántica, muy divertida y los diálogos realmente excepcionales. ¿Un hombre y una mujer pueden ser amigos? Aquí se puede ver cómo poco a poco tras su desastrosas relaciones se van conociendo, se van relajando, enseñando lo mejor y lo peor de sí mismos. Se van enamorando, enganchando poco a poco, sin darse cuenta, buenos cimientos y donde no hay mentiras. Todas las relaciones deberían ser así, no te parece Renata?
ResponderEliminarHasta todos los momentos.
Camarada Brendita: Todas las relaciones deberían tener un tinte revolucionario, como el de Harry y Sally. Pero, en los tiempos que corren, no es tan fácil. Yo tengo amigos varones y se puede tener una amistad. Ahora, lo que me falta es un chico para cucharear y empezar de a poco. Mejor me recluyo en los cuarteles de invierno para analizar y tomar una decisión aún más revolucionaria... antes de que lleguen mis 34 años.
ResponderEliminarHasta todos los momentos.