Sábado de amor revolucionario

Mientras escribo estas líneas, probablemente, James B. siga paseando con su vaso de Jack Daniel's-Coca Cola para prepararse para la segunda parte de su caravana rock and rollera.

En medio del almuerzo con gente querida, James B. me saludó por el messenger. Y me imaginé que recién arribaba de su fiesta de anoche. Para nada me equivocaba.

Durante tres horas nos colgamos en nuestra charla. Palabras, sentimientos que van y vienen, con el fondo de “Yo no sé mañana”. Él está dando vueltas en mi vida, como yo en la de él. Ni él, ni yo sabemos que pasará mañana. Pero, si es cierto que seguimos conectados por nuestra magia. Capaz te suene meloso. Pero, creéme que no lo es. Es la conexión propia del amor revolucionario, que trasciende las fronteras y las nociones tradicionales de tiempo y espacio, del efímero “aquí y ahora”.

Quizás, no nos volvamos a ver. Quizás, envejezcamos juntos. Ese es el halo del misterio que nos envuelve. No es más, ni menos que eso: un misterio.

Quizás, no podamos jugar al truco del conejo, en vivo y en directo. Pero, al menos, hoy el conejo me volvió a sonreír, muy desfachatadamente, eso sí. Y yo le presenté a Margarita y Juana.

Siempre profesé que el tiempo hace lo suyo para que cada uno sepa la próxima estación de su destino. Y ni James B, ni yo escapamos de ese paradigma. No digo que sea una regla de la vida, porque saben perfectamente que una revolucionaria no se lleva con las reglas. Y, por eso, prefiero hablar de señales, momentos, sensaciones y demás yerbas del destino.

Y si retomo las opciones de ¿qué fin de semana querés?, entre nos, debo confesarte que, sin querer queriendo, tuve mi cuota de la opción del amor revolucionario.

Así que James B. prepará tus oídos, porque otra vez me animo a cantarte. Esta vez: “Quizás porque”, del músico que más amo, Charly García. Sí, sí, debajo del video te copio la letra.

Hasta todos los momentos.

Quizás porque (Sui Generis, Charly García y Nito Mestre)

Quizás porque no soy un buen poeta

puedo pedirte que te quedes quieta

hasta que yo termine estas palabras.

Quizás porque no soy un gran artista

puedo decir tu pintura está lista

y darte orgulloso este mamarracho.

Quizás porque no soy de la nobleza

puedo nombrarte mi reina y princesa

y darte coronas de papel de cigarrillos.

Quizás porque soy un mal negociante

no pido nada a cambio de darte

lo poco que tengo, mi vida y mis sueños.

Quizás porque no soy un buen soldado

dejo que ataques de frente y costado

cuando discutimos de nuestros proyectos.

Quizás porque no soy nada de eso 

es que hoy estás aquí en mi lecho.