No soy amante de la rutina. De niños nos servía para ganar estabilidad, confianza. Ahora podemos decir que nos sirve para estar organizados, para ordenarnos. Considerando que el desorden físico es el espejo del desorden mental qué mejor organizarnos un poco.
En medio de esta organización también podemos sorprendernos. Sin tanta planificación hacernos un mimo, un paseo, una caminata y hasta por qué no un regalo.
De vez la vida también nos invita a sorprendernos a nosotros mismos. Y eso no depende de algún otro.
Hasta todos los momentos
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L@s camaradas dicen