viernes, 11 de noviembre de 2011

Secuencia del revoluteo


Revolucionar. Revolucionar el ambiente. Revolucionar las almas y corazones para hacer del encuentro un canto a la rebeldía. Revolucionar es el arte lúdico, que consiste en descubrir y sorprender al otro.

crEar. Es la segunda fase de la secuencia revoluteo. CrEar con y en la otra persona. Acá vale la inventiva, el pensamiento original, la imaginación constructiva, el pensamiento divergente y la generación de nuevas ideas con el fin de Revolucionar el concepto del amor de nuestros tiempos.
El revoluteo requiere de personas cre-activas y de la imagenología. No hay mejor creacción que la que nos arroja nuestra inquietud creativa.

moVer. Mover para todos lados. El revoluteo es movimiento activo. ¿Por qué movimiento activo? Porque nos activa cerebralmente, nos motiva sentimentalmente y nos estimula físicamente. Sin estos tres aspectos no podríamos conjugarnos en el movimiento activo. Movidito, movidito, bien juntitos es la consigna de esta etapa. Desde el espacio en el que estás desplegas la barra de menú cre-activo para transformar cualquier hecho, evento convencional en un desborde amoroso.

vOlar. Es la acción para provocar en el mundo un torbellino de locura inventiva. Cuando no hay raciocinio formal, ni límite mental vivenciamos cada momento como único, sin importar el para qué ni el desenlace del mismo. vOlar nos lleva a encontrar soluciones originales en cada problema de la liviana cotidianidad.

baiLar. Revoluteados es bailar, igual que baila el mago con el conejo. Es decir, el baile es aparecer y desaparecer todo el tiempo, como si fuera el juego de las escondidas. El danzar es el paso creativo por excelencia de esta secuencia. No hay mejor manera de entenderse que con el lenguaje de los cuerpos, las expresiones faciales y los giros de nuestras manos.

jUgar. Llegamos a una parte por demás interesante de la secuencia del revoluteo.  Para esto necesitamos estar en un pelotero, ni en un set de juego. Si usas la cre-actividad o pones al ludismo a tu favor podes jugar desde una simple mirada hasta la sopa de palabras en medio de una charla.

salTar. Saltar la soga de la formalidad, la hipocresía de los dobles discursos. salTar la piedra que intenta trabar nuestro zigzaguear en la vida. salTar es el verbo que nos hace valer para no entrar en la vorágine, ni perdernos en la aceleración de los tiempos. salTar escapa a cualquier noción temporal estatalmente establecida.

Experimentar. Es el eje de revoluteo. Al no querer encuentros, del tipo que sean, formales hay que recurrir a la experimentación. Distintas sensaciones, distintas propuestas nos van abrir nuevos caminos revoluteadores. Por ejemplo, si uno quiere degustar queso con una buena compañía, del tipo que sea, qué mejor que crear entre los dos una quesería. Nada más lejos que el convencionalismo del formalismo.

sOltar. Es el la escalada final del revoluteo. Después de jUgar, crEar, vOlar y Experimentar estamos en condiciones de sOltar. sOltar todo el caretaje que nos rodea. sOltar los prejuicios y perjuicios sociales. sOltar las limaduras cerebrales productos del andar acelerado. sOltar los cuerpos para que bailen al son del revoluteo. sOltar el espíritu para hacer la marcha de la rebeldía.

Espero que les haya sido útil la secuencia del revoluteo para que la apliquen en sus encuentros, sean del tipo que sean.

Hasta todos los momentos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

L@s camaradas dicen