Preguntador: Empezaste a ser conocida por medio de las
redes sociales y te autodeclarás una chica revolucionaria. ¿Pero qué es ser
revolucionaria, en estos tiempos de la globalización y las
estructuras de la posmodernidad?
Renata: Me autodeclaré revolucionaria, porque me gusta
revolucionar en todos los aspectos, que la vida sea una propia revolución para
cada uno. Además, es necesario romper con ciertos paradigmas para vivir más
desestructurada y libremente. En especial, en el tema del amor. Parece que todo
sigue signado a la secuencia buscar un chico, ponerte de novia, casarte y
formar una familia, como pasos a seguir, sin contextualizar en nuestros tiempos
socio-culturales.
P: ¿Tuviste muchas penas de amor? ¿Cifras de noviazgos?
R: Me parece impertinente tu pregunta. No se trata de cifras, ni
porcentajes. El amor es un valor intangible, que cubre la existencia humana. Sí
tengo experiencias en la materia del amor. Pero, como todo el mundo: cuento con
alguna que otra pena de amor y unos pocos noviazgos, más una convivencia y la
vuelta a mi mundo de soltera.
P: ¿Podrías afirmar que son fracasos o, mejor
dicho, tenés el amor como una materia pendiente?
R: Pongamos algunos puntos en claro. Para mí el amor no es una materia
pendiente. El amor siempre está, da vueltas por mi vida de manera constante y
con distintas aristas. Por ejemplo, hace unos meses disparé a la blogoesfera
como una blogger y he recibido mucho amor, de los más variados, con mi
Docublog. Claro, que mi causa es el amor revolucionario. Y sé que puede
llevarme prácticamente toda la vida.
P: ¿Qué es el amor revolucionario?
R: Ese amor que te revoluciona, precisamente, rompe con tu rutina, te
enlaza, alza hacia la dimensión desconocida. El amor revolucionario tiene mucho
de magia, improvisación y sinceridad. Justamente, el amor revolucionario no se
basa en títulos, al estilo “es mi novio”, “estamos comprometidos”. Tiene que
ver más esa compañía, encontrar esa persona cómplice de tus locuras, arrebatos
y creatividad existencial.
P: Disculpame mi confusión. ¿Pero no es eso el amor?
R: Estás disculpado. El amor revolucionario va más allá de las nociones
espacio-temporales dictadas por la sociedad en la que estamos insertos. Un
ejemplo para que veas la diferencia. El amor revolucionario trata de citas
disparatadas, secretas, como jugar a las escondidas. No es la clásica “te
invito a cenar”, “te invito a tomar algo”. En el amor revolucionario es más
frecuente las citas de “te invito a pescar al río”, “vamos a tomar mate al parque”
o, simplemente, es pensar dónde nos encontraremos o cómo nos veremos, sin
importar el espacio físico. Las citas de amores revolucionarios no tienen
protocolos, ni estructuras, ni pasos a seguir. Simplemente, es conectar con la
otra persona con las propias reglas de juego. Además, el amor revolucionario es
una filosofía de vida, a diferencia, del amor, que circunscribe sólo en una
cuestión de sentimientos.
P: ¿Y cómo llevás adelante semejante revolución?
R: En primer lugar, no estoy sola. A tres meses de comenzar, cuento con la
Logia Renatista, la Unión Popular Porque Amamos a Renata y mis seguidores
clandestinos. Hay un componente irremplazable: la creatividad. La creatividad
está íntimamente relacionada con la pasión, la imaginación y los desbloqueos,
ya sea de tipo perceptual, cultural o personal. La creatividad es una de las
caras del amor revolucionario.
Sin
creatividad, pasión y locura no podemos transitar las vías de la revolución por
el amor revolucionario. Día a día invento más creativamente para sostener mi
lucha revolucionaria. No es fácil, en estos tiempos. Pero tampoco imposible.
Además, me gustan los desafíos.
P: ¿Y el amor revolucionario es tu gran desafío?
R: Sí, es mi gran desafío de aquí en adelante. Eso no me hace la excepción
de lidiar con los histeriqueos, fobias y demás patologías sociales que vivimos
los treintañeros y cuarentañeros en el amor. Pero si uno busca su propia
revolución en el amor, creo que se irán disipando el resto de las cuestiones
actuales.
P: Quisiera indagar un poco más acerca de la
creatividad en tu revolución por el amor revolucionario. ¿Puede ser? ¿Por dónde
comenzar?
R: Se me ocurre una idea. En media hora doy
comienzo a la Cumbre Cre-activa. Podes venir y, luego, seguimos con el
reportaje.
Hasta todos
los momentos.
Renata, tomo prestadas unas palabras de un revolucionario para escribirte: “…todos los días hay que luchar porque el amor viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización.” No dejes tu lucha por nada, ni por nadie
ResponderEliminarMuy linda la frase que le tomaste prestada al Che Guevara.
ResponderEliminarHasta todos los momentos.