viernes, 26 de agosto de 2011

Una apuesta, un triunfo revolucionario

Hace dos meses atrás le jugué una apuesta a mi amiga Brendita. El motivo no importa, es cuestión de estado. Pero, ella creyó -sí, creyó- que me iba a ganar.

No, no, no. 

Creencia errónea la de mi amiga.

La apuesta era la siguiente: dos entradas para ir a ver la comedia "Cuando Harry conoció a Sally", la versión en teatro de una de mis películas preferidas. Admiro a su guionista. Su forma de relatar, de construir los personajes, los diálogos entre Harry y Sally son mortales. Es una historia digna de un amor revolucionario.

Y así fue, que Brendita compró las entradas. Estas entradas se las traían o, más bien, mi amiga se las traía.

¡Sacó entradas para verla en Rosario! ¡Sí, en el Teatro de Rosario! Imposible cambiar las entradas.

¿Adivina? ¡Muy bien! ¡Acertaste! Mañana Brendita y yo partimos rumbo a Rosario para asistir a una de las comedias románticas más revolucionarias.

Ya tendrán más noticias.

Hasta todos los momentos.


3 comentarios:

  1. Tu amiga Brendita es un poco despistada, pero lo importante es que cuando juega apuestas y pierde siempre las paga! Pero disfrutálo, porque fue la última. NUNCA MAS porque siempre pierdo !!!!!

    ResponderEliminar
  2. Por cierto, Cuando Harry conoció a Sally también es una de mis películas preferidas y siempre me emociono cuando la veo!

    ResponderEliminar
  3. Camarada Brendita: ¡Disfrutemos, entonces! Porque ya sé que no jugaremos más apuestas, dado mi buen olfato.
    Mañana la revolución llega a Rosario.
    Hasta todos los momentos.

    ResponderEliminar

L@s camaradas dicen