Esta mañana, el Subgeneral Siquiero me contó la historia de Nilena y Neo.
Nilena, una joven, oriunda de las montañas, favorita de jugar a tirar piedras al lago.
Neo, un joven apuesto, fanático de la pesca y con su hobby de recorrer distintos lagos para llevar adelante su actividad preferida.
Ambos estaban en la terminal, esperando la llega del ómnibus que los lleve a destino. Según el Subgeneral Siqueiro, hasta ese momento, ninguno de los dos se había percatado de la existencia del otro, ni siquiera eran conscientes que compartían el mismo aire.
La mano de Nilena jugaba con las piedras de la bolsa, que llevaba en su cartera de viaje. Neo contaba -una y otra vez- los coloridos anzuelos que iba a usar prontamente. Parecía perdido en su conteo hasta que miró, por primera vez, a Nilena, quien le generó el ansía de saber a qué jugaba con la mano dentro de un bolso. Idas y vueltas mentales hasta que decidió irrumpir su juego de piedras.
Mensaje de texto (via bluetooth): "¿A qué juegas? ¿Esperas el ómnibus a Lago Escondido?".
Ninguna respuesta, ni siquiera una mirada de Nilena.
Mensaje de texto (vía bluetooth): "Si miras hacia tu izquierda, me encontrarás".
Nilena giró y descubrió a Neo jugando con su caja de anzuelos.
Nilena: No soy la única en esta terminal.
Neo: Yo tampoco soy el único en jugar, en la espera.
Nilena: Voy para Lago Escondido.
Neo: ¿Qué llevas en tu bolso?
Nilena: Piedras, de distintos colores y materiales.
Neo: ¿Para qué?
Nilena: Este viaje sólo es para tirar mis piedras en el Lago Escondido.
Neo: ¿Y por qué?
Nilena: Es mi juego favorito, desde niña. ¿Y vos?
Neo: Mi hobby es la pesca. Tengo una caja con miles de anzuelos, de los que se te ocurra, para ir a pescar a Lago Escondido.
Nilena: ¿Y por qué Lago Escondido?
Neo: Me faltaba conocerlo. ¿Y por qué Lago Escondido?
Nilena: Te copio la respuesta, me faltaba conocerlo.
En medio de su diálogo arribo el micro que los llevaría a Lago Escondido. Unas horas de viaje y los dos ya estaban frente a ese lago.
El Subgeneral Siquiero me dice que lo último que se supo fue que Nilena le dejó tres de sus piedras favoritas a Neo y Neo transformó dos de sus anzuelos favoritos en unos aros para ella. Después, el Subgeneral me dijo que él único testigo de la historia entre ambos fue el Lago Escondido. "Y, como te imaginarás bien, Renata, los lagos aún no hablan con los seres humanos", finalizó el Subgeneral Siqueiro.
Hasta todos los momentos.
Muy lindo el cuentito, lástima que no me gustan los finales abiertos. Va a tener continuidad? Seguramente no se supo nada más de ellos porque el Lago no habla y Renata no estaba presente en ese momento, sino la historia hubiera sido totalmente distinta ya que a Renata no se le escapa una !!!
ResponderEliminarCamarada Brenda: Me alegra que te haya gustado la historia del Subgeneral Siqueiro. No tenemos que negarnos a los finales abiertos, porque un@ nunca sabe en qué pueden desembocar. Hasta todos los momentos.
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