El gusto no es el mismo cuando vos gustas de él y él, apenas, te da bola.
El gusto no es el mismo cuando vos te ingenias en conquistarlo y él ni da acuse de recibo.
El gusto no es el mismo cuando esperas que te llame y él alega que no tenía crédito en el celular.
El gusto no el mismo cuando le traes un regalo de viaje y él ni sabe dónde ponerlo.
El gusto no es el mismo cuando estás atenta hasta en los detalles y él ni recuerda por qué lo saludaste.
El gusto no es el mismo cuando le cocinas y él recuerda la polenta de su madre.
El gusto no es el mismo cuando pasaste una larga jornada de producción y él ni se da cuenta.
El gusto no es el mismo si tu hobby es el cuchareo y él se pasa todo el día fuera de casa.
El gusto no es el mismo si le propones una cita clandestina y él ni siquiera fija fecha.
El gusto no es el mismo si haces alguna ocurrencia y él no la pone en perspectiva.
El gusto no es el mismo para vos, él, ella, ellos y todos. Pero, es un buen punto de partida para descubrir el amor revolucionario.
Hasta todos los momentos.
C´est la vie ...
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