miércoles, 3 de agosto de 2011

Charla entre una revolucionaria y una ciega-sorda-muda

En estos días, estoy con un piquete energético trememundista. Ironía de la vida un piquete en mi única semana de vacaciones universitarias. ¿Y podes creer qué justo me cruzo con la analfabeta amorosa? ¡Cuánta militancia por delante!

La analfabeta amorosa me escribió un correo dado su déficit crediticio en el amor revolucionario. Ante semejante demanda me ocupé personalmente que cambie su actitud.

Lo que le pasa a la analfabeta amorosa es una cuestión de estado rentista. El diagnóstico no era nada bueno y comenzamos con un curso pre-pre-pre introductorio al amor revolucionario. Así fue como desde la Escuela Renatista le hice llegar "El arte de amar", de Erich Fromm, un sociólogo, filósofo y gurú del amor y la libertad.

Después de un intercambio acerca de este pensador me di cuenta que el estado es más grave aún. Es tal la negación en la creencia del amor revolucionario que de por sí hizo una interpretación equívoca de la teoría del amor de este filósofo. Hoy comenzamos con la primer clase y considero que requiere paciencia revolucionaria para encarrilar a esta persona. Por lo menos, ustedes pueden ver que a su estudio le pone color y mucho color.

Fromm sostiene que la mayoría de las personas creen que el problema del amor es ser amado, lo que se llama vulgarmente una "objetivación del amor". Y, en realidad, la clave del amor está en la capacidad de amar. En la era de la posmodernidad, todos están sedientos de amor y, por eso, ven innumerables películas basadas en historias de amor felices y desgraciadas, escuchan canciones triviales que hablan del amor y, sin embargo, casi nadie se da cuenta que eso es el paradigma del amor burgués, el conformismo propio de los sentimientos.

El amor revolucionario data de la creación de la humanidad misma, es nuestra herencia de los grandes sabios. El amor revolucionario es actitud, lucha y sueños. Nada tiene que ver con las comedias románticas. El amor revolucionario requiere conocimiento y esfuerzo. Para transitar la vía revolucionario tenemos mucho para aprender.

Pero, claro, es más cómodo creer que el amor es enamoramiento y la situación permanente de estar enamorados. Así estamos distantes de la esencia del amor sincero y libre.

La revolución renatista profesa derribar el status quo del amor burgués. Considero que tenemos que conjugar el amor como el motor de nuestra existencia humana. Como dice el maestro Fromm: "El amor es una actividad, no un afecto pasivo; es un estar continuado, no un súbito arranque. El amor es fundamentalmente dar".

Soy consciente que hay miles, centenares como mi analfabeta amorosa. Pero, estoy convencida que la revolución por el amor revolucionario irá ganando terreno y es cuestión de sumar más soldados al Ejército Renatista por el Amor Revolucionario.

Ah, sí, mi analfabeta amorosa tiene mucha tarea para el hogar. Y próximamente les contaré del primer examen revolucionario que tendrá que aprobar.

Hasta todos los momentos.


2 comentarios:

  1. Jajaja me encantó esta nota y me hizo reir mucho, por lo visto tu analfabeta amorosa está en serios problemas pero al menos le pone onda al libro que la obligás a leer! No se si va a aprender algo sobre el amor, pero lo que si se es que el libro con tantos colores va a quedar bastante bonito!

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  2. Camarada Brenda: Mi analfabeta amorosa me da mucho trabajo, pero ya estoy reforzando la cátedra para que pueda aprobar.
    Hasta todos los momentos.

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L@s camaradas dicen