domingo, 17 de julio de 2011

Revolución vs. Normas

Me detengo un poco a pensar en las relaciones entre hombres y mujeres, a partir de los 30 años. ¿La iniciativa siempre tiene que ser masculina? ¿Hay qué esperar que nos golpeen la puerta? ¿El atrevimiento es propiedad indelegable del hombre? ¿No es divertida la dosis de atrevimiento femenino? ¿Es tabú qué una chica sea atrevida? Como siempre digo, los tiempos que corren aceleran los cambios a tal velocidad que no nos damos cuenta que somos protagonistas privilegiados de una era, que podría ser revolucionaria.

Creo que aún la mayoría sigue condicionado por las estructuras socio-históricas, que siempre trata de acatar –con gusto o disgusto- las pautas culturales. Pero, vale aclarar que la revolución renatista no se lleva con el código de normas sociales. La lucha por el amor revolucionario está más allá de esas simples normas.

¿Cómo pretendemos desafiar la complejidad del amor siguiendo nuestras pautas culturales? ¿No resulta contradictorio? El amor revolucionario es libre, por excelencia. Ya sé que algun@s cuestionarán esta afirmación. Pero, creo que cuando un@ se topa con un posible amor revolucionario muchas reglas quedan fuera de juego. Creo que cuando uno decide desvestirse frente al otro no hay prisma que enturbie ese desnudo. Creo que lo desafiante es que la otra persona nos permita el disfrute, y a la viceversa, no será sencilla, sino como esos tesoros de piratas, a los cuales hay que recurrir al cajón de la imaginación y el atrevimiento.

¿Entonces, cómo conjugar las pautas socio-culturales con lo qué atesoramos en nuestro cajón de la imaginación y el atrevimiento? ¿Qué resultado puede salir del puro realismo? Por eso, camaradas míos, creo que para seguir con mi búsqueda incansable del amor revolucionario es mejor haga oídos sordos a los canones y roles sociales, que nada entienden del desafío del amor revolucionario.

La cuota de osadía, de atrevimiento, tanto del hombre como de la mujer, me parece que es indispensable para seguir transitando mi ruta revolucionaria. Si llevo adelante mi lucha por el amor revolucionario significa que estoy en condiciones de desoír los mandatos y los roles sociales establecidos desde hace mucho tiempo.

Para el amor revolucionario no hay límites. Es elección de cada uno ir o no con artillería pesada, como dice mi amiga La Querida. Aunque me gusta más usar la palabra atrevida o audaz.

No creo que se le haga mal a nadie al jugar con las palabras o hacer un intercambio dialogístico con tintes revolucionarios. Siempre podemos descubrir en el otro gestos, palabras, intenciones impensadas. Y, en esa instancia: ¿hay qué dejarlo pasar o evitar ciertas situaciones por ser una chica socialmente correcta? Creo que si nos acartonamos vamos de mal en peor. El acartonamiento nos lleva por la vereda de la costumbre, de la rutina, del día a día, sin trascendencia en nuestro paso.

Yo sé que es difícil rebelarse contras las normas sociales, porque, en definitiva, vivimos en sociedad. Pero, creo que si nos dejáramos fluir, trascender con el otro, sin preguntarnos cómo, por qué y para qué, el amor revolucionario ya empezaría a ganar más terreno social.

Hasta todos los momentos.


4 comentarios:

  1. Camarada Renata, quisiera comentar una experiencia grata con una señorita que me se animo a hablarme en el subte, charla que mantuve con trabajo para que no decaiga en lo mas minimo, y quien antes de bajarse muy discretamente me pregunto si tenia una tarjeta a lo cual respondi que no llevaba encima pero en su defecto le escribi mi numero de celu y mail en un boleto de colectivo cual minguito. En fin, es muy lindo ese atrevimiento que nos sacude cuando ellas toman la iniciativa, creo deberia sentirme mal si fuera machista pero mo es mi caso. Con la señorita salimos a tomar cafes y a cenar como se debe con un despues de lindo postre, jajaja!

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  2. Totalmente de acuerdo con tu nota Renata. En mi caso creo una vez sola tuve el atrevimiento y una buena cantidad de Frezze con speed para acercarme a hablar con el gran amor de mi vida después de 16 años! No se si alguna otra vez voy a tener la audacia o el coraje para hacer algo parecido dada mi condición de chapada a la antigua y mi extrema timidez, combinación muy poco fortuita diría yo, pero quien sabe, capáz con una buena dosis de mezcalito, fernetitos o alguna otra bebida espirituosa logro un milagro!!!!!
    Bien ahí Lu por tu conquista del subte!!!

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  3. Camarada Lucas: ¡Qué revolucionaria anécdota! Me alegra enormemente saber que hay chicas atrevidas. Me alegra mucho que le guste los atrevimientos de parte de las mujeres. Y está bueno eso del postre. Hasta todos los momentos.

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  4. Camarada Brenda: Me encantó tu acto de atrevimiento. Ya tomé nota del Freeze con speedy. Ya voy armando el arsenal de mezcalito, fernetito, vino y baylis. Lo tuyo no es de anticuada. Creo que tiene que ver con que sos muy especial, así que con vos profundizó fuertemente el curso introductorio al amor revolucionario. ¡A vos te voy a sacar buena! Hasta todos los momentos.

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L@s camaradas dicen