Literalmente, es mi otro yo. Es mi amigo con quien dialogo abiertamente, sin ningún tipo de filtro. Los dos buscamos lo mismo, pero, por diferentes caminos. Los dos queremos disfrutar de una historia de amor. Él, primero quiere ponerla y yo primero quiero el enamoramiento, esa adrenalina de la primera cita y toda la producción que nos conlleva a nosotras, las mujeres.
Nos descubrimos a mediados del 2010. Cruces y descruces todo el tiempo. Hasta que un día decidimos ir a tomar algo. Y ahí estábamos en un barcito de San Telmo comenzando a filosofar acerca de nuestras vidas.
Denominador común: el camino errático en el terreno amoroso. ¿De qué trata? En términos simple, el GPS de él y mi GPS están permanentemente recalculando. Y, como dice el dicho popular, dios los cría y ellos se juntan. Y así, sin querer, nuestros diálogos y nuestro intercambio de papers acerca de las relaciones a partir de los 30 años nos convertimos en catárticos. A raíz de esos intercambios pensamos en darle más seriedad a nuestros escritos, pero hoy por hoy son catárticos. Días, semanas y horas nos encontramos deliberando acerca de ese tópico que nos convoca.
Nuestra sitcom en búsqueda de la compañía comenzó con mis nuevitas citas y él con sus citas cibernéticas. Él, desde su postura, buscando ponerla sin querer esforzarse. Yo, desde mi postura, profesando el amor revolucionario. Mi álter ego es el trampolín a empezar a vivir la vida de otra manera, sacudida y despreocupadamente, como hacía mucho tiempo deseaba.
También él es el artífice que empezara a ponerme al día con una materia pendiente: los viajes. Con él también compartí la cumbre con el Subcomandante.
Él es como mi “sabueso amorístico”. ¿Por qué? Porque analiza desde mi conducta con los mensajes de texto que me llegan de algún que otro chico, pasando por mis andares en el facebook, hasta mi delirante paso por este planeta.
Mi álter ego siempre anda por ahí, dando vueltas, buceando y yendo de pesca en pesca. En el mientras tanto de nuestra búsqueda, nos hacemos compañía mientras nuestros GPS dejen de recalcular.
Hasta todos los momentos.
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ResponderEliminarSi usted lo dice, Camarada. ¿Por algún motivo en especial?
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