Las relaciones no son complicadas. Somos nosotros los que complicamos las relaciones. ¿Y cómo? Diciendo una cosa por otra, por ejemplo. Damos vueltas, pensamos y repensamos lo que vamos a decir. Y entre tanta maraña y ovillos mentales nos perdemos nosotros mismos y, sobre todo, no decimos libremente lo que solemos sentir.
Hasta todos los momentos

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L@s camaradas dicen