Vaya a saber cuántos años vivimos con nuestros fantasmas personales hasta que decidimos mandarlos a volar... Algunos nos animamos. Otros nos cuesta. Y otros ya encariñados ni creen posible esa opción.
Los fantasmas no hacen más que limitarnos y determinarnos. Y así la libertad, la creatividad y las ocurrencias que cada uno de nosotros tenemos se va decayendo ante los fantasmas. Por eso, la convivencia con ello no está para nada recomendada.
Hasta todos los momentos

No hay comentarios:
Publicar un comentario
L@s camaradas dicen