Ir a un gimnasio de cabeza, sobre todo, cuando se acerca el verano. Amueblar nuestras casas con máquinas para correr, bicicletas fijas. Anotarnos en carreras para superarnos en kilómetros.
Y pensar que el ejercicio está más cerca y de manera más simple de las que creemos. Saltar. Saltar en cualquier lugar, a cualquier hora y con quienes querramos. ¡Qué mejor ejercicio comunitario que saltar compartiendo nuestras alegrías!
Hasta todos los momentos

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L@s camaradas dicen