Me pregunto cuál es el fin de forzar y forzar nuestras relaciones, nuestras amistades. Soltar es bueno. Soltar es fluir. Soltar es abrir la puerta para volver a jugar. Pero parece que este mundo nos lleva a que nos atemos a las personas, como si fueran nuestra propiedad privada. ¿Para qué forzar? ¿Para qué obligarnos? Cuando se trata del corazón tenemos que fluir.
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Así ya sabes cómo terminar la semana o cómo empezar el fin de semana, según te quede mejor.
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Hasta todos los momentos

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L@s camaradas dicen