No hay día que no pensemos qué comer y qué no. La comida es
una de nuestras elecciones centrales de cada día. Y así estamos acostumbrados.
Qué nos hace bien, qué nos hace mal. Carbohidratos por aquí no, proteínas si. Le
sumamos ejercicio, actividad aeróbica para quemar grasas, sobre todo, las
ingeridas un domingo.
¿Y qué pasa con nuestra felicidad? ¿Qué pasa con la nutrición
de nuestro corazón, de nuestros quereres? Ahí no sé si elegimos o somos tan
conscientes de qué nos hace bien y qué nos hace mal. Y digo que no creo que
tengamos consciencia, porque sino a esta altura de nuestras vidas no estaríamos
hablando de relaciones tóxicas, por ejemplo. De vez en cuando nos agarra un
atracón de negatividad, una indigestión de envidia, una patada al corazón por
alguna ruptura. ¿Y ahí qué hacemos?
Otro capítulo son los domingos para las personas que estamos
solas. Vas de la cama a la cocina. Salís a comprar algo para comer y así pasar
el día. Pero así no vamos a llegar a ningún lado.
Por eso, este domingo es el primer día de la dieta de la
felicidad. Qué mejor que empezar los domingos este tipo de dieta, con un paso
que nos lleva tiempo pero nutrirá mejor nuestros corazones.
Cada domingo la dieta de la felicidad para ser felices y no perfectos.
Hasta todos los momentos

No hay comentarios:
Publicar un comentario
L@s camaradas dicen