domingo, 30 de octubre de 2011

El reino de Oz según el Subgeneral


El Subgeneral me despierta ya con una lista de imposibles que nos hacen creer que son tal, cuando en realidad siempre están a nuestro alcance con lucha, militancia y perseverancia.

El Subgeneral me cuenta de una niña, conocida por todos nosotros. Una niña que anhelaba ir más allá del arco iris. Me dice que todos los días quería sentir qué era ir más allá del arco iris. Y de tanto desearlo lo logró. Un horrible tornado la llevo a las tierras del país de Oz.

Renata: ¿Subgeneral, estamos hablando de Dorothy?
Subgeneral: Sí, Renata. Pero hoy voy a contarte un poco más de aquella niña, tan famosa mundialmente. Otros creen que la obra es una crítica a la sociedad norteamericana de ese entonces. La mayoría cree que Dorothy es un personaje de la infancia, cuando en verdad es un personaje símbolo del amor revolucionario.
Renata: ¿De qué me habla, Subgeneral?
Subgeneral: Tiempo al tiempo, Renata, y entenderás el relato de este domingo.

Por un período, los pasos de Dorothy transitan el país de Oz, un país de todos los colores habidos y por haber, lleno de gente amiga de ella y un universo mágicamente maravilloso. Para ella fue un tanto extraño, al principio, porque venía de Kansas, una ciudad inhóspita, aburrida, llena de gente que no la comprendía, ni la acompañaba en sus sueños, su único compañero de aventuras era su perro Toto.

De esta manera, el Subgeneral me hace recordar las mil y una veces que vi “El mago de Oz”. Desde chica la aventura de aquella niña me pareció mágica y no creo que haya sido la única en querer ser Dorothy, aunque sea por un día. De caminar, perseguir y correr tras su sueño.

El Subgeneral señala una serie de cuestiones importantes en cuanto a sus andanzas.  Ella es encantadora, con buenos sentimientos, tolerante y valiente, motivos por los cuales pudo regresar a su casa, tras su encuentro con el Mago de Oz.

Claro que en medio de su devenir y venir se topó con otros seres, con el Espantapájaros, el Hombre de Hojalata, el León y tantos otros más, como vos –Renata- estás haciendo con tus camaradas al sumarlos a tu lucha por el amor revolucionario.

Subgeneral: Todos tenían algo en común. ¿Te acordás qué era, Renata?
Renata: Sí, sí. ¡Cómo olvidarme, Subgeneral!
Subgeneral: A ver, apelá a tu memoria disparatada y selectiva.
Renata: El Espantapájaros deseaba un cerebro para poder pensar, el Hombre de Hojalata desea un corazón para amar y ser feliz y el León quería conjugar la valentía en su vida.
Subgeneral: Esta historia nos muestra cómo cada uno desea y lucha por sus sueños, ideales y proyectos. Pero ellos, me refiero a Dorothy, Espantapájaros, Hombre de Hojalata y León, no se dieron cuenta que sus deseos ya lo tenían dentro de sus espíritus. Tuvieron que pasar una misión encomendada por el Mago de Oz, aventuras y desventuras en medio del reino para que cada uno se descubriera asi mismo, al final de sus andanzas.

El autor de “El mago de Oz” pone en el escenario al amor, la bondad y la fuerza como las herramientas imprescindibles para desandar nuestros sueños. El autor posiciona el amor y la amistad como el condimento necesario para danzar en este loco planeta.

Renata: ¿O sea, también habla del amor revolucionario, Subgeneral?

Esa es la cuestión, me dice el Subgeneral. La unión de Dorothy y sus compañeros y viceversa hacen a la fuerza del amor, de la lucha. Ninguno habría alcanzado su meta de manera solitaria. Era necesario que estos espíritus rebeldes y libres se conjugaran entre ellos para descubrirse inmersos en el amor y la libertad de la vida.

El autor nos muestra que Dorothy no lucha sola, sino que está rodeada de luchadores, como ella. Pero que tienen que transitar caminos, superar obstáculos y sortear piedras para alcanzar el triunfo, un triunfo colectivo, no individual.

El Subgeneral me relata el transfondo de la historia de “El mago de Oz”, porque él cree que todos, vos y yo, llevamos una Dorothy dentro. Por eso, el Subgeneral creyó que era conveniente traerme esta novela, este domingo, para que siga sin prisa, pero con perseverancia revolucionaria en mi lucha por el amor libertario.

Hasta todos los momentos.


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L@s camaradas dicen