sábado, 3 de septiembre de 2011

34


Un año más. ¿Qué significa? No te digo que  34 en lugar de 33 años, porque es una respuesta idiotamente obvia. Es más una pregunta retórica.

Desde que me embarqué de lleno en mi revolución por el amor revolucionario el tiempo se me pasa volando, mi cabeza crea de manera más vertiginosa. Y en cada cosa, en cada persona de mi vida encuentro un por qué, para qué, cómo, dónde acerca del amor revolucionario.

Algunos pueden pensar que estoy loca. Otros pueden no vislumbrar las dimensiones de mi lucha revolucionaria. Otros consideran que el amor revolucionario es el mejor motivo de lucha que puede elegir en esta loca existencia.

Mis 34 años me gritaron “Piedra libre” inmersa en mi lucha por el amor, por enamorarme y descubrirme con un compañero revolucionario.

Interminables charlas con mis amig@s, con fernet de por medio, nos encontraban tratando de entendernos. Claro, que todo depende del prisma que se lo mire. Si el amigo es varón o la amiga es mujer. Y así desde enero me lancé con mi primer debate acerca de las relaciones a partir de los 30 años con mi álter ego masculino, nada más, ni nada menos y de ahí todo fue un subibaja imparable. Luego, la cumbre con el Subcomandante y un encuentro que impulsó la creación de mi Docublog. Y ahora, acá, vos, él, ellos, ellas, yo, nosotros deslizándonos por la calesita del amor libre y sincero.

Una serie de causalidades hicieron que me redescubra escribiendo, grabándome para luchar por lo que más quiero en la vida: el amor. Ya sabes que es uno de los desafíos más importantes en mi ruta.

Hoy estoy en terreno, llevando adelante mi revolución, propagando de boca en boca el amor revolucionario como el motor de la existencia de cada uno de nosotros.

Mis 34 años me sorprendieron feliz por el redescubrimiento de mi creatividad, mis ganas, mis nuevos sueños y proyectos.

Y si bien el 34 no me gusta –sólo por ser número par- le hago pito catalán y me voy de caravana un rato por la noche pueblerina.

A mis seguidores, camaradas y revolucionarios por doquier les mando un gran beso y abrazo revolucionario por todos los saludos que me hicieron llegar, de una u otra manera.

Hasta todos los momentos.


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L@s camaradas dicen